Cuando en 1805 la francia imperial de Napoleon se enfrentó a Austria y Rusia en Austerliz, Rusos y Austríacos confiaban en su superioridad númerica. El ejercito de Napoleon estaba dividido, y su núcleo principal de 65.000 soldados estaba en desventaja frente a los 70.000 soldados ruso y 15.000 austriacos. La caballería de Napoleón estaba dispersa, pero confiaba en que sus unidades supieran interpretar los ruidos de la batalla. La ventaja que Napoleón supo aprovechar en Austerliz fue la confianza en sus hombres. Los ejércitos austríaco y ruso eran dos ejércitos prácticamente medievales, dirigidos por la nobleza y en los que se formaban enormes cuadros de tropas que debían responder con fe ciega a las órdenes de un único noble que los dirigía. El ejercito francés estaba formado en gran medida por ciudadanos, a los que se les confiaba una responsabilidad. Las unidades de combate francesas eran mucho más pequeñas porque no necesitaban de un noble de alta cuna para diri